En el año 1958 un grupo familiar compra la estructura de hormigón techo
y columnas solamente, con destino incierto. Recién en el año 1962, este
grupo decide hacer una feria o mercado, creando para este fin la Sociedad
Mercado de Abasto Gran Norte S.A..
Comenzó la obra, que
constaba en principio de la construcción de pisos y cerramientos laterales,
instalación de algunos sanitarios y luces. Terminadas éstas, solicitan
la habilitación para la explotación de un mercado mayorista y minorista
de carnes, frutas, verduras, hortalizas y afines, concedida para fines
de 1963. Acto seguido, comenzó el alquiler de los puestos, que se dividían
por las columnas de hormigón y se identificaban con números pintados
en las paredes o vigas ya que no existía ningún tipo de división ni
cerramiento.
A mediados de 1964 cuando
se lograron alquilar 15 ó 20 puestos de los 200 programados,
se inauguró con magros resultados.
Inquietos los inquilinos por el mal funcionamiento decidieron formar
una Asociación de Locatarios, que denominaron "Unión de Locatarios Mercado
de Abasto Beccar " (U.L.M.A.B.)
Visto que la sociedad
propietaria del mercado no lo podía hacer funcionar, la U.L.M.A.B. resolvió
negociar la conducción general del mismo con respecto a la prestación
de los servicios y sistema de comercialización, que logró haciéndose
cargo de inmediato; quedando la sociedad, solamente como propietaria
del inmueble, como locadora, cobrando los alquileres.
Pasados un par de años
con muy buenos resultados de la gestión administrativa de U.L.M.A.B.,
el mercado se consolidó en todos los aspectos, tanto en lo comercial
como en la parte de relaciones públicas, comenzando así a ser un centro
comercial importante.
No fue así para la propietaria
del inmueble, Gran Norte S.A., quién se vió apremiada por deudas contraídas
con bancos y otros, poniéndose al borde de la quiebra. Comenzaron los
juicios y pedidos de remate. Ante esta situación la U.L.M.A.B., resolvió
negociar una salida para las dos parte ya que se corría riesgo de cierre
total y consiguiente pérdida de lo que se había logrado con tanto sacrificio:
fuente de trabajo y fondo de comercio.
La mejor y más rápida
salida a la situación planteada por la propietaria del mercado fue formar
un CONSORCIO DE PROPIETARIOS. Consensuada la idea entre Gran Norte,
U.L.M.A.B. y los acreedores, comenzó la tarea de preparar la parte legal.
Terminada ésta, comenzó la ventade los puestos. Transcurridos
varios años, ya por 1967, quedó constituído el consorcio que por razones
obvias se denominó "Consorcio de Propietarios Mercado Gran Norte", pero
sin mediar Asamblea alguna siguió administrado por U.L.M.A.B.
En Diciembre de 1968,
se incendia el edificio, destruyendo en su totalidad el techo de la
nave central, algunas partes laterales y la totalidad de la mercadería
existente.
Ante magno desastre,
los puesteros querían abandonar todo. No se podía trabajar de esa forma,
con escombros, agua, deshechos de mercadería quemada, etc.; pero el
Presidente de la U.L.M.A.B. reunió a todos los puesteros convenciéndolos
que debían trabajar. La U.L.M.A.B. consiguió máquinas topadoras, palas
cargadoras, personal de limpieza, se apuntalaron sectores peligrosos
con riesgo de derrumbe, se anularon los puestos de la nave central y
se organizó la venta por los laterales exteriores con luz prestada por
una fábrica vecina y las guirnaldas del corso de San Isidro. Esa noche
se trabajó a pleno.
En 1969 comenzaron los
trabajos de demolición de techos impuesta por la Municipalidad y luego
de largos debates U.L.M.A.B. resolvió contratar la construcción del
techo parabólico existente en la nave central.
En 1970 finaliza la
construcción del techo, remodelación de oficinas administrativas, sanitarios,
etc., y se habilita formalmente, normalizando la comercialización en
todos los locales del mercado.
En 1971 se realiza la
Primer Asamblea General Extraordinaria a los efectos de elegir autoridades,
modificar el reglamento, cambiar el nombre del Consorcio y elegir Administrador
del edificio, dado que por siete años el mercado había sido manejado
por una persona designada por la U.L.M.A.B.
Aprobados todos los
puntos, la U.L.M.A.B. logró colocar un hombre en la Administración,
cambiar el nombre del Consorcio por el de "CONSORCIO
DE PROPIETARIOS MERCADO DE ABASTO BECCAR",
modificar el reglamento y poder vender el local que ocupaba el Banco
Nación que operaba en el mercado, se disolvió la U.L.M.A.B., para dar
paso a lo que hoy es Consorcio. De 1972 en adelante, como Consorcio
se consiguió que la Sociedad Anónima Gran Norte, ex propietaria, cediera
en forma gratuita en propiedad las oficinas del primer piso, en las
cuales funcionan la Administración, Sala de Reuniones, Laboratorio Bromatológico,
Conmutador, sanitarios, etc.
El mercado que se manejaba
con agua prestada por una bábrica vecina colocó la primera bomba de
agua de 70.000 l/h; se reparó el tanque de agua que nunca había funcionado;
la corriente eléctrica tenía una sola entrada para todo el edificio,
entonces se efectuó la instalación interna y se gestionaron medidores
individuales; se instalaron la totalidad de las luces de la nave central
y laterales, se rellenaron las dos playas de estacionamiento laterales
que por entonces eran 10.000 m2. de bañado; se forestó el exterior de
veredas y playas; se repararon los sanitarios generales, se ordenó el
sistema de comercialización, limpieza, vigilancia; se colocó un conmutador
con 100 líneas internas, música funcional.
Comenzaron la intervención
del gobierno nacional y las amenazas de un Mercado Central único. Se
actuó rápido, formando con todos los mercados existentes la CAMARA ARGENTINA
DE LA ACTIVIDAD FRUTIHORTICOLA, actuando siempre Beccar con relevancia
en la defensa de los intereses de los mercados.
Hubo tres intervenciones:
dos políticas y la última, militar. Así y todo se logró sobrevivir y
estar distinguido siempre entre los mejores, de 27 Mercados existentes
en Capital Federal y Gran Buenos Aires.
Posteriormente continuaron
las mejoras edilicias y de funcionamiento construyendo el cerco de material,
asfalto de playa, construcción de portones, instalación de red de incendio
y agua corriente entre otras.